
José María Monravà
López
Tarragona, 8 de mayo de 1905 - Barcelona, 28 de febrero de 1999
José María Monravà López nació en Tarragona en 1905 y realizó sus
estudios en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, obteniendo el título de
arquitecto en el año 1929. Compañero de promoción de Josep Lluís Sert y Josep
Torres Clavé, tuvo ocasión de conocer de primera mano el ambiente en que se
estaba gestando el GATCPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Catalanes
para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea) y participar de las actividades promovidas por el
grupo racionalista catalán del que formó parte desde su fundación. Proyectos
como la Casa Malé o la Escuela del Trabajo -primeras obras realizadas en
Tarragona a principios de los años treinta- representan una arquitectura que
expresa una modernidad revolucionaria frente a la producida en la ciudad
durante la década anterior, y paradójicamente, también frente a la que vendrá
en la década posterior.
A las primeras obras siguió un periodo de escasez de encargos que le
obligaron a establecerse a partir de 1933 en Palma de Mallorca. Allí inició una fructífera producción
arquitectónica en consonancia con lo ya experimentado en Cataluña bajo el
influjo del GATCPAC. Entre las obras de este periodo destacan la Casa para Concepció Oliver (1935), el Chalet Guzmán (1936) o el ingenioso bloque de viviendas Reina Girard (1937). Pero el
proyecto donde quedó más claramente expuesto todo su afán de innovación formal fue
en la Casa Alonso (1937), proyectada y construida poco antes de su
incorporación al ejército
“nacional”.
En 1939, tras el final de la Guerra Civil Española,
Monravà volvió a
instalarse en su ciudad natal. Ese mismo año fue nombrado
arquitecto municipal, desplegando a partir de entonces una intensa y fructífera actividad urbanizadora que durará veinticinco años
(1939-1964). En torno a su figura pivotó todo el proceso de reconstrucción de
Tarragona, tanto desde el punto de vista técnico, por su condición de
arquitecto jefe en los diferentes
organismos e instituciones oficiales de la provincia,
como desde el punto de vista urbano, desde su cargo de arquitecto municipal.
Entre las
primeras intervenciones, limitadas básicamente a acondicionamientos y embellecimientos urbanos, podemos destacar:
la Glorieta y monumento a los Caídos (1943), la remodelación del actual paseo de las Palmeras
(1945) y del Balcón del Mediterráneo (1946), la obra de la avenida de la
Victoria (1946), el Auditorio del Campo de Marte (1948) o el Paseo de Torroja
(1949). Sin embargo, su obra más representativa de los
años cuarenta fue la construcción de la Casa Bloc “Alegría y
Descanso” (1940-45), una de las primeras iniciativas estatales en materia de vivienda social que
se realizaron en Cataluña.
A comienzos de la década de los cincuenta Monravà
continuó desplegando una intensa actividad urbanística como arquitecto
municipal, especialmente con la definición de la Plaza Imperial Tarraco (1953-56).
También desde la iniciativa privada asumió, siempre que puedo, una modernidad
sin reservas. Proyectos como el Colegio
Menor Episcopal de San Pablo (1955), el Garaje-Taller
para Renault
(1956) o el Cine Capitol (1957), expresan de
la forma más contundente posible ese compromiso del arquitecto con la
modernidad. Además, en colaboración
con el arquitecto Antonio Pujol Sevil (Tarragona, 1902-2001, t.1927), realizó algunas de las obras más
interesantes de la arquitectura contemporánea de Tarragona, como la Ciudad Residencial
de Educación y Descanso (1955), el Hotel
Imperial Tarraco (1957) o el edificio de viviendas para
empleados de la Caja de Pensiones para la Vejez
y de Ahorros de Cataluña y Baleares (1959).
El año 1960
se inició con una actividad industrial y
turística sin precedentes para la ciudad. Ese mismo año se redactó
el primer Plan General de Ordenación de Tarragona elaborado por Monravà junto al
arquitecto de la Dirección General de Urbanismo, Manuel Muñoz Monasterio. La suspensión final de su tramitación junto a los
desencuentros y desavenencias con el nuevo alcalde, llevaron a Monravà a dejar
su cargo de arquitecto municipal el año 1964. Otras obras suyas de los años sesenta,
todas en Tarragona, fueron: la casa Effinger (1961), el Club de Tenis Tarragona (1962), el
edificio Zodiaco (1963) o el singular bloque de viviendas situado sobre la
plaza Imperial Tarraco (1964).
Para finalizar,
podemos decir que la presencia de José María
Monravà en el panorama arquitectónico entre 1930 y 1973 –año en que se retiró del ejercicio profesional- es
fundamental para comprender, tanto el devenir urbanístico de la actual
Tarragona, como en términos más generales, para entender la introducción de la
cultura moderna en la ciudad.
Biografía
a cargo de Jordi Guerrero Fernández
docomomo iberico / josé maría monravà lópez/
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